Aplicación del
Botox
En la primera consulta se abre la historia clínica y se firma el consentimiento.
Las
restricciones para someterse a este tratamiento son muy
pocas:
embarazo, lactancia,
enfermedad neuromuscular o hipersensibilidad a alguno de los componentes del
producto (poco frecuente).
Si todo está bien, se procede al tratamiento,
que durará unos
15 minutos. En Génova 10 realizan una foto de
la paciente, para ver resultados. Antes de hacer los pinchazos, la doctora se
fija en las arrugas de expresión que tiene el paciente al arquear las cejas,
fruncir el ceño y sonreir. "La clave del éxito reside en la realización de una
exhaustiva valoración previa, estática y dinámica, de las características
anatómicas de cada paciente con el fin de definir y marcar en la piel los puntos
de infiltración adecuados", dice la doctora Barranco.
La
aplicación del botox, no es nada molesta. ¡Unos ligeros pinchacitos y
ya! Según los expertos del centro médico, "muchos pacientes dicen que es como
una picadura de un mosquito".
Además, no hace falta poner anestesia
local ni ningún tipo de sedación, por lo que puedes volver a tu actividad normal
inmediatamente. "Es muy raro que salga un hematoma. Las pieles blancas tienen
más riesgo, pero es algo poco frecuente. En cualquier caso, con un poco de
maquillaje, se
disimularía".
La doctora recomienda que el paciente evite tumbarse
totalmente o masajearse la zona tratada especialmente durante las cuatro horas
posteriores al tratamiento. Por el contrario, no debe evitarse e incluso es
aconsejable realizar movimientos de expresión porque aceleran la unión de la
toxina al receptor muscular.